Ahora, si nos ponemos a pensar que existen personas que son responsables de dirigir países enteros, lo cual significa que poseen gran poder, podríamos asumir que son individuos con un nivel de conciencia e inteligencia más allá de lo normal, porque después de todo, tienen el peso del bienestar de su pueblo sobre sus hombros, ¿no?
Eso es lo que quisiéramos creer, pero la realidad es diferente. La historia nos ha demostrado que lamentablemente, en muchas partes del mundo se ha tenido que lidiar con gobernantes que tal vez sólo debieron existir en pésimas películas de comedia o caricaturas no muy populares.
Hoy queríamos tomarnos un momento para investigar un poco y descubrir la clase de mundo en el que estamos viviendo. Un mundo donde los líderes de ciertas naciones hacen cosas que sólo verían en un sueño bizarro o en películas de Austin Powers. Por eso, mencionaremos las cosas más absurdas, ridículas y locas que han salido de la mente quienes han tenido la oportunidad de decidir para donde marcha un país.
Francois Duvalier se autoproclamó un dios del vudú
Así es, Francois Duvalier, alias “Papa Doc”, quien fue presidente en Haití hasta 1971, decía ser un espíritu Vudú de la muerte; para ser más exactos, decía que era Baron Samedi.
Entre las cosas que Duvalier hizo, fue obligar a la gente a recitar oraciones, sólo que colocando su nombre en vez de el de dios, también mandaba a matar perros de color negro, porque pensaba que su sucesor a la presidencia se había transformado en uno para esconderse.
Kim Jong Il hizo… ¿prácticamente, qué no hizo?
De este señor sí escuchamos un montón de cosas bien, pero bien locas. El ex dictador de Corea del Norte, dijo que el resto del mundo lo amaba y celebraba su cumpleaños, que cuando nació, las estaciones del año cambiaron espontáneamente, inventó una hamburguesa que no se llamaba hamburguesa, secuestró a un director de Corea del Sur para hacer un plagio de Godzilla y muchas otras cosas que haría alguien que está peleado con casi todo el mundo y que no tiene mejores cosas en que gastar su tiempo.
Saparmurat Niyazov le puso su nombre a un mes y…
En 1991, después de la caída del Comunismo, el país de Turkmenistán encontró su independencia por primera vez en 100 años. Todo iba muy bien hasta que Saparmurat Niyazov llegó al poder, porque después de que su país vivió décadas sin tener identidad nacional, decidió que se sacrificaría y le daría la suya.
Este hombre se hacía llamar “Turkmenbashi”, que significaba “El Padre de Turkmen”. De hecho, le gustaba tanto su sobrenombre que se lo puso a un aeropuerto, muchas escuelas, a un meteorito, a una ciudad portuaria y le quitó su nombre a enero para ponerle… así es, adivinaron, ¡Turkmenbashi!
Como otro dato curioso, pero un poco tierno, a abril le cambió el nombre por el de su mami. Entre otras cosas que hizo, fue prohibir los videojuegos.
“Mamá, dice mi profesora que las vacaciones empiezan en Turkmenbashi, pero que tengo que ir a Turkmenbashi a tomar fotos para mi ensayo acerca de la historia del presidente Turkmenbashi.”
Francisco Macias Nguema regresó a Guinea Ecuatorial a la edad oscura
Nguema fue hijo de una mujer que se desempeñaba como médico brujo. Si se preguntan, ¿qué tan malo puede ser eso? Bueno, podrían sorprenderse.
Después de llegar a la presidencia en 1968, Francisco prohibió la palabra “intelectual”, cerró hospitales, escuelas privadas y expulsó a la gente educada del país. Más adelante, restringió el uso de lubricante en plantas eléctricas, porque dijo que “podía sustentarla con sus poderes” y eso causó que la capital se quedara en completa oscuridad.
En 1971 se declaró el Gran Maestro de la Educación, Ciencia y Cultura, además de cambiar el lema nacional a “No hay otro Dios más que Macias Nguema”.
No jugaba videojuegos, porque para eso se preparaba un brebaje hecho con marihuana, llamado “Bhang”, todo para poder cenar con amigos imaginarios y matar a algunos enemigos, también imaginarios.
Gaius Caligula “peleó contra Neptuno”
Hubo muchos emperadores romanos que no se portaron del todo bien. Pero el buen Caligula sí se pasó.
Además de declararse a sí mismo un dios, lo que hizo fue básicamente convertir al ejército romano en un motivo de burla, porque le declaró la guerra a Neptuno, dios del océano. ¿Cómo lo hizo? Sencillo, envió a sus soldados a blandir sus espadas contra el agua del mar y a robar los “tesoros” de aquel dios. Los mencionados tesoros no eran más que conchas marinas y desperdicios acuáticos.
Vengan por mí, si es que tienen las agallas!!!
Sabemos que muchos otros líderes mundiales han realizado actos dignos de la serie de los Teletubies, y también han realizado actos atroces que han marcado la historia de sus países. Más que nada sólo incluimos a los que parecen demasiado extraños para ser reales, con el propósito de reír un poco.
