Una noche, el fotógrafo Joshua Gold, visitó el hospital abandonado Leonard de Nueva York para poder realizar unas fotografías. El hombre pensó que estaba completamente solo. Todo era normal, y Joshua tomaba sus fotos por el hospital.
Un instante después, mientras se desplazaba por el edificio en ruinas, a sus oídos llegó súbitamente un llanto procedente de la tercera planta, casi como si fuera un fantasma. Sin embargo, Joshua rápidamente entendió que no se trataba de ningún fantasma…
Cualquier otra persona en su lugar podría irse de este sitio corriendo, pero este no fue el caso de Joshua. En lugar de salir corriendo y vivir para contarlo, algo le dijo que se quedara a investigar… Se armó de valor y fue rápidamente a investigar. No obstante, al principio no podía localizar la fuente del llanto. Con cada momento, el ruido se acercaba y le sonaba como si perteneciera a una cría de algún animal pidiendo ayuda a gritos.
El hombre comenzó a moverse a través de los conductos de aire y una vez llegó al interior de los paneles de yeso, finalmente encontró de donde provenía el ruido… ¡Lo que vio le cautivó el corazón!
Un gatito pequeñito lo estaba mirando, atrapado y desesperado para que alguien le ayudase. Joshua se subió a una silla e intentó llegar hacia el gato, pero no le alcanzaba y tuvo que filmar con su móvil para poder ver bien. A pesar de que ya se había puesto el sol, el fotógrafo fue a por herramientas a Walmart para poder bajar a por el animal, que necesitaba ayuda. Más o menos a las 3 de la mañana, regresó con una escalera, la cual colocó y le permitió asomarse a un hueco en la pared. El hombre fue capaz de rescatar al gatito, que resultó tener tan solo 4 semanas de edad, además de estar muy hambriento.
Cuando regresó al hospital, ya era de noche. Sabía que tenía que actuar rápidamente, así que agarró al gatito y se lo llevó. El pequeño parecía muy sorprendido de ver a su salvador, pero a la vez bastante excitado. Joshua llamó al gatito Leonard, en honor al hospital donde lo había encontrado. Luego, se lo llevó para darle algo de comer, ya que esto era lo que realmente necesitaba, así como darle unos mimos y caricias que el pobre animal carecía.
Si no hubiera sido por Joshua, nadie lo habría encontrado en ese lugar abandonado… Menos mal que el hombre se tomó ese tiempo y esa energía para encontrar y rescatar al pobre Leonard.
La hazaña de Joshua demuestra que un pequeño acto de bondad puede tener un gran impacto en la vida de un animal. El gatito Leonard tuvo mucha suerte. Esperemos que Joshua también lo piense así, puesto que ahora tiene una nueva mascota que siempre le estará agradecida.
Un instante después, mientras se desplazaba por el edificio en ruinas, a sus oídos llegó súbitamente un llanto procedente de la tercera planta, casi como si fuera un fantasma. Sin embargo, Joshua rápidamente entendió que no se trataba de ningún fantasma…
Cualquier otra persona en su lugar podría irse de este sitio corriendo, pero este no fue el caso de Joshua. En lugar de salir corriendo y vivir para contarlo, algo le dijo que se quedara a investigar… Se armó de valor y fue rápidamente a investigar. No obstante, al principio no podía localizar la fuente del llanto. Con cada momento, el ruido se acercaba y le sonaba como si perteneciera a una cría de algún animal pidiendo ayuda a gritos.
El hombre comenzó a moverse a través de los conductos de aire y una vez llegó al interior de los paneles de yeso, finalmente encontró de donde provenía el ruido… ¡Lo que vio le cautivó el corazón!
Un gatito pequeñito lo estaba mirando, atrapado y desesperado para que alguien le ayudase. Joshua se subió a una silla e intentó llegar hacia el gato, pero no le alcanzaba y tuvo que filmar con su móvil para poder ver bien. A pesar de que ya se había puesto el sol, el fotógrafo fue a por herramientas a Walmart para poder bajar a por el animal, que necesitaba ayuda. Más o menos a las 3 de la mañana, regresó con una escalera, la cual colocó y le permitió asomarse a un hueco en la pared. El hombre fue capaz de rescatar al gatito, que resultó tener tan solo 4 semanas de edad, además de estar muy hambriento.
Cuando regresó al hospital, ya era de noche. Sabía que tenía que actuar rápidamente, así que agarró al gatito y se lo llevó. El pequeño parecía muy sorprendido de ver a su salvador, pero a la vez bastante excitado. Joshua llamó al gatito Leonard, en honor al hospital donde lo había encontrado. Luego, se lo llevó para darle algo de comer, ya que esto era lo que realmente necesitaba, así como darle unos mimos y caricias que el pobre animal carecía.
Si no hubiera sido por Joshua, nadie lo habría encontrado en ese lugar abandonado… Menos mal que el hombre se tomó ese tiempo y esa energía para encontrar y rescatar al pobre Leonard.
La hazaña de Joshua demuestra que un pequeño acto de bondad puede tener un gran impacto en la vida de un animal. El gatito Leonard tuvo mucha suerte. Esperemos que Joshua también lo piense así, puesto que ahora tiene una nueva mascota que siempre le estará agradecida.