Rosalind Franklin (3 años). Fotografió la clave para descifrar el ADN
Rosalind tomó la famosa fotografía 51 que ayudó a comprender la estructura de doble hélice del ADN. Brillante en los estudios, a los 15 años ya había decidido que quería ser científica. Su famosa foto permitió deducir que el ADN tenía una estructura de doble hélice, uno de los grandes secretos de la vida que hasta entonces había permanecido indescifrable para la ciencia.
Este hallazgo no fue casual, ya que Franklin había demostrado su habilidad como química para sintetizar los mejores cristales, su pericia como cristalógrafa para obtener de ellos las fotos más nítidas, así como los conocimientos matemáticos para interpretarlas correctamente.
Por si te lo preguntabas, esta es la famosa fotografía 51 y al lado podemos ver a Rosalind en sus labores científicas:
Marie Curie a los 16 años. La primera de la clase
Impresionante esta foto, y su mirada en la adolescencia. Curie fue la primera en muchas cosas: en el estudio de la radiactividad, en recibir dos premios Nobel, en ser profesora (mujer) en la Univerisad de París… Aunque era ciudadana francesa, nunca perdió su identidad polaca: enseñó a sus hijas su lengua materna y las llevaba en sus visitas a Polonia. A Curie le debemos el descubrimiento del polonio y el radio, y el desarrollo de la teoría de la radiactividad.
Esther Lederberg (5 años)
Nació en la pobreza, se crió en el Bronx durante la Gran Depresión…. Y, como microbióloga , dirigió investigaciones pioneras para comprender cómo se expresan los genes. Cuentan de ella que era tan pobre que a menudo tenía que comer los animales con los que investigaba. Su trabajo fue fundamental para que su marido, Joshua, ganara un premio Nobel en 1958. A ella no la mencionó nadie.
Ada Lovelace, la primera programadora de la historia.
Matemática y escritora, trabajó sobre la máquina calculadora mecánica de uso general de Charles Babbage, la Máquina analítica. Entre sus notas sobre la máquina se encuentra lo que se reconoce hoy como el primer algoritmo destinado a ser procesado por una máquina. Su padre era el poeta inglés Lord Byron
Rosalind tomó la famosa fotografía 51 que ayudó a comprender la estructura de doble hélice del ADN. Brillante en los estudios, a los 15 años ya había decidido que quería ser científica. Su famosa foto permitió deducir que el ADN tenía una estructura de doble hélice, uno de los grandes secretos de la vida que hasta entonces había permanecido indescifrable para la ciencia.
Este hallazgo no fue casual, ya que Franklin había demostrado su habilidad como química para sintetizar los mejores cristales, su pericia como cristalógrafa para obtener de ellos las fotos más nítidas, así como los conocimientos matemáticos para interpretarlas correctamente.
Por si te lo preguntabas, esta es la famosa fotografía 51 y al lado podemos ver a Rosalind en sus labores científicas:
Marie Curie a los 16 años. La primera de la clase
Impresionante esta foto, y su mirada en la adolescencia. Curie fue la primera en muchas cosas: en el estudio de la radiactividad, en recibir dos premios Nobel, en ser profesora (mujer) en la Univerisad de París… Aunque era ciudadana francesa, nunca perdió su identidad polaca: enseñó a sus hijas su lengua materna y las llevaba en sus visitas a Polonia. A Curie le debemos el descubrimiento del polonio y el radio, y el desarrollo de la teoría de la radiactividad.
Esther Lederberg (5 años)
Nació en la pobreza, se crió en el Bronx durante la Gran Depresión…. Y, como microbióloga , dirigió investigaciones pioneras para comprender cómo se expresan los genes. Cuentan de ella que era tan pobre que a menudo tenía que comer los animales con los que investigaba. Su trabajo fue fundamental para que su marido, Joshua, ganara un premio Nobel en 1958. A ella no la mencionó nadie.
Ada Lovelace, la primera programadora de la historia.
Matemática y escritora, trabajó sobre la máquina calculadora mecánica de uso general de Charles Babbage, la Máquina analítica. Entre sus notas sobre la máquina se encuentra lo que se reconoce hoy como el primer algoritmo destinado a ser procesado por una máquina. Su padre era el poeta inglés Lord Byron