La mayoría de la gente sabe que Albert Einstein fue uno de los más grandes genios de la física, siendo hasta la fecha un icono de la ciencia mundial. Reconocido por su Teoría de la Relatividad General y una ecuación considerada la más famosa del mundo (la fórmula de equivalencia masa-energía E=mc²), peor Einstein tenía otras facetas no muy conocidas, además de unos cuantos secretos.
10. La vela era necesaria.
Aunque mucha gente piensa que Einstein se la pasaba encerrado y totalmente absorto en sus investigaciones, la verdad es que también disfrutaba bastante de sus días al aire libre navegando con velero. Él se enamoró de la práctica cuando asistió a la universidad en el Instituto Politécnico de Zurich, Suiza.
Allí, acostumbrara a navegar en un lago de una forma tranquila y, por supuesto, nunca se olvidaba de sus mayores pasiones, sus estudios. Durante los momentos en que navegaba, Einstein hacia sus anotaciones, se relajaba y pensaba en sus teorías. Incluso rodeado de agua, Einstein nunca aprendió a nadar, pero mantuvo la vela como un hobby durante toda su vida.
9. El cerebro del genio.
Cuando Einstein murió en 1955, su cuerpo fue incinerado y sus cenizas esparcidas. Sin embargo, antes de que su cuerpo sufriera este proceso, el patólogo Thomas Harvey, del hospital Princeton, realizó una autopsia en la que retiró el cerebro de Einstein y decidió mantenerlo para su estudio.
Sin embargo, Harvey no estaba autorizado para realiza este acto y, poco después, fue despedido de su puesto en la Universidad de Princeton por negarse a devolver el cerebro del científico. Pasó más de 40 años con el cerebro, y no fue sino hasta 1998 que Harvey regresó el órgano al Hospital de Princeton.
8 – Einstein y su violín.
La madre de Einstein, Pauline, era un pianista y quería que su hijo también amara la música. Para esto, lo colocó en clases de violín a los seis años de edad. Sin embargo, el niño, que sería uno de los futuros genios de la humanidad, parecía no disfrutar mucho de la modalidad musical hasta el día en que escuchó una canción de Mozart y la adoró.
Con esta motivación, Einstein pasó a practicar con más pasión y el violín se convirtió en parte de su vida, una de sus aficiones hasta el final de sus días.
7 – Presidencia de Israel.
¿Alguna vez has imaginado a Albert Einstein como presidente de un país? Pues esto podría haber sucedido. Unos días más tarde de que el primer presidente de Israel, Chaim Weizmann falleciera el 9 de noviembre de 1952, Einstein fue cuestionado sobre si aceptaría la posición de ser el segundo presidente de ese país.
Einstein, entonces de 73 años, modestamente declinó la oferta. En su carta oficial de rechazo, Einstein dijo que no sólo carecía de la aptitud física y la experiencia para tratar de manera adecuada con la gente, también mencionó que se estaba haciendo viejo.
6. Sin calcetines.
En los cajones de Einstein, difícilmente se llegarían a encontrar un par de calcetines. Eso es porque, además de su pelo despeinado, una de las costumbres peculiares de Einstein fue que rara vez utilizaba estas prendas.
Ya sea que el genio fuera a navegar en velero, asistir a un evento, realizar sus estudios o incluso asistir a una cena en la Casa Blanca. El hecho era que Einstein difícilmente se ponía unos calcetines. Para él, los zapatos ya hacían el servicio suficiente para proteger sus pies.
5. La brújula fascinante.
Tal vez toda la pasión de Einstein por la ciencia comenzó con una brújula. Cuando el genio tenía cinco años y estaba enfermo en la cama, su padre le mostró una brújula de bolsillo sencilla. Einstein quedó fascinado por el objeto y muy intrigado con el funcionamiento de la misma, hecho que ha sido considerado por muchos como el inicio de su fascinación por la ciencia.
4. Diseñó un refrigerador.
¿Imaginas tener un refrigerador en casa con tecnología creada por Einstein? Bueno, de hecho él creó uno, pero nunca se llevó a producción. Esto ocurrió 21 años después de que escribiera su Teoría de la Relatividad General.
El frigorífico funcionaba con gas de etanol y fue patentado en 1926, pero nunca entró en producción porque la nueva tecnología se había convertido en innecesaria. Einstein inventó el refrigerador porque leyó acerca de una familia que había sido envenenada por un modelo que funcionaba con dióxido de azufre.
3. Fumador empedernido.
En una época en que el cigarrillo era totalmente aceptable y nadie sabía de sus riesgos para la salud, como mucha gente, Einstein también amaba fumar cigarrillo y habanos, incluso solía consumir tabaco desde una pipa.
Su confiable pipa siempre estaba siempre con él. En 1950, Einstein dijo la frase: “Yo creo que fumar pipa contribuye a un juicio un tanto tranquilo y objetivo en todos los asuntos humanos.”
2 – Se casó con una prima.
Después de que Einstein se separara de su primera esposa, Mileva Maric, en 1919, se casó con su prima Elsa Loewenthal, con quien ya tenía una relación desde hacía algunos años. Y su parentesco no era de segundo o tercer grado, ¡no! Eran primos hermanos porque sus madres eran hermanas, además de eso, el padre de Albert y de Elsa eran primos.
1. Tuvo una hija ilegítima
En 1901, antes de que Albert Einstein y Mileva Maric se casaran, ella se embarazó cuando aún eran amantes en la universidad. En esa época, los hijos ilegítimos (de personas que no estaban casadas) no eran aceptados por la sociedad.
Por otra parte, Einstein no tenía dinero para casarse con Maric y sustentar a la niña. Por estas razones, Maric volvió a casa de su familia y la niña fue escondida de todo y de todos. El hecho de la existencia de la niña llamada Lieserl fue descubierto en 1987, cuando se encontraron algunas cartas entre Einstein y su primera esposa.
Aunque se sabe que Einstein sabía sobre esa niña, poco se sabe acerca de lo que pasó con ella. Se cree que Lieserl murió después de sufrir fiebre escarlatina a una edad temprana, o incluso que fue dada en adopción. Años más tarde, la pareja tuvo dos hijos más después del matrimonio, Hans y Eduard.