¿Cómo? Gracias al trabajo previo realizado por el FLI en este mapa. La organización ha accedido al inmenso archivo de objetivos militares nucleares liberado por el National Security Archive de forma reciente. En él, se glosan los mil y un puntos susceptibles de recibir un ataque nuclear por parte de Estados Unidos durante la Guerra Fría, en el corazón de las hostilidades nunca concretadas entre la potencia occidental y la Unión Soviética. Wellerstein ha cogido esa base de datos, le ha dado una forma más bonita y, además, ha introducido variables basándose en Nukemap.
Se pueden observar diversas variables. Una de las más llamativas es el alcance de la radiación y del impacto de las cabezas nucleares en función de su potencia. La más notable jamás fabricada y probada por Estados Unidos es Castle Bravo (lanzada sobre el atolón Bikini, en medio de la nada del Océano Pacífico, en 1954), y generó una energía equivalente a quince megatones de TNT, una absoluta barbaridad. El mapa supuesto de Wellerstein permite elucubrar qué hubiera pasado en los objetivos americanos (principalmente, Unión Soviética, países del Pacto de Varsovia, China y Corea del Norte) con explosiones de 10 megatones.